Este sin dudarlo, es un cuento para todas aquellas personas que aman la naturaleza, la vida y la belleza de las cosas simples, pero sobre todo para quienes poseen en su casa un jardín lleno de flores…
Ella era de una belleza singular, y aunque a simple vista era común como las de su especie, al acercarnos un poco se podía ver que su belleza era tan distinta como lo era su existencia, ya que siendo una mariposa nocturna, había aprendido por si sola que su fuerza y amor por la vida la llevaría no sólo a volar por las noches, si no que también a hacerlo de día. Fue así como llegó a ese enorme jardín cubierto de flores y de una gran variedad de insectos de todos los tipos y tamaños.
En un principio nadie noto su presencia y ella volaba de aquí para allá, sin mayores problemas, pero conforme pasaban las mañanas, los insectos residentes se empezaron a sentir molestos por la extranjera. Las mariposas fueron las primeras en encararla: “tu no eres como nosotras”, “tus alas son toscas”, “que colores mas oscuros”, “que cuerpo tan grueso” se miraban entre si cuchicheando y cuchicheando.
- dinos por favor, que insecto eres.- le pregunto la mas osada.
- Mis alas son toscas porque son fuertes, con ellas atravieso las noches frías de la vida, me sostengo en el aire aunque haya viento, y me llevan donde yo deseo y puedo volar donde que quiera sin cansarme. Mi cuerpo es grueso porque debe sostener mis grandes y pesadas alas- Contestó firme y segura.
- Pero eres oscura y fea, pareces una polilla gigante, no eres mariposa-repitieron moviendo sus alas llenas de colores.
- Soy una mariposa nocturna- les dijo
Las otras se miraron horrorizadas y abriendo sus alas multicolores, con gestos de repudio en la cara, alzaron el vuelo. Una de ellas giro y le dijo que volviera a su lugar porque en ese jardín no había espacio para bichos tan feos. Y volaron al concilio donde los insectos toman sus decisiones, pidiendo a los más sabios que echaran del jardín a la nueva visitante.
La mariposa nocturna quedo muy triste ante estas amenazas, mas aun porque venían de su misma especie, y en sus oscuros ojos asomaron varias lágrimas sin caer.
- no llores mariposita bella, no vale la pena- oyó una voz y busco de donde venía, hasta dar con un clavel que la observaba- no llores, ellas no entienden de tu belleza y tu ser, son simples mariposas limitadas que tiene alas pero no vuelan, solo se trasladan porque necesitan hacerlo; pero tú, eres grande, lograste traspasar la noche y honrarnos con tu presencia a los que vivimos en el día, ¡tú si que sabes de libertad!
Así comenzó una amistad entre ellos, hablando de la vida, al sol y bajo la luna de cada noche por meses, y tan fuerte fue la atracción entre el uno y el otro que muy pronto el amor les llego al corazón.
Los insectos del jardín a diario llevaban al concilio reclamos y quejas de esta nueva pareja dispareja, hasta que por cansancio lograron llamar a una asamblea general de insectos, donde se discutiría que hacer con este par de locos, como les llamaban. Y fue de noche donde volaron las luciérnagas alrededor de la higuera que estaba en el centro del jardín, para dar luz a todos los insectos allí reunidos. Sentado en su sillón de hojas secas; con una hormiga soldado a cada lado, iniciaba la reunión del concilio, el mas antiguo de todos, un grillo que caminaba guiado por una abeja lazarillo.
- esto es una aberración- decía la oruga metida en su capullo, sin dar la cara a los presentes.
- Es ilógico ¿una mariposa con un clavel? Que esperan que salga de eso, ¿tallos con alas?- gritaban los insectos mas furiosos.
- ¡Asqueroso!- repetía la mosca una y otra vez, limpiándose las patas, que aún traían excremento, su última comida en el basurero.
Hicieron burlas, hubo gritos eufóricos pidiendo justicia, pero ninguno de ellos dio una buena razón para acabar con esta especial pareja. Pero ninguno de ellos noto que muy cerca y en la oscuridad estaba, la infeliz mariposa, oyendo todo lo que allí se comentaba. Y sin que terminara al concilio emprendió el vuelo lejos para nunca volver, pensando que así podría proteger a su amado clavel que dormía sin saber todo lo que le estaba por pasar.
Mientras, en la reunión de insectos, y debajo de la higuera en su sillón de hojas; el anciano grillo ya estaba molesto ante tanto grito y desorden. Alzando la voz como si fuera de trueno hizo callar a todos, dejando espacio para el silencio.
- ¿me hablas de asco? – le dijo a la mosca mirándola fijamente a los ojos y mostrándole con su bastón el excremento que caía de sus patas.
- Y tu abeja ¿siempre lista para enterrar tu venenoso aguijón cierto?
- Y que me dices tu oruga, que ni siquiera has salido del capullo, gritas cosas sin sentido oculta, no mereces ser insecto, ni mariposa.
Los insectos estaban avergonzados de sus propias falencias, y bajaron la cabeza sin poder mirar al sabio que los reprendía molesto. Agitando su bastón señalando cada uno de sus defectos que tal vez, ellos nunca habían notado.
¡Son acaso ustedes dignos de ejemplo?-continuó reprochándoles su comportamiento-¿no les enseña nada esta nueva amistad?, son demasiado vanidosos y no ven mas allá del de sus narices, son unos egoístas. El amor, hermanos, el amor ¡jamás a tenido limites!
- -pero ¿Cómo dice?- pregunto una de las hormigas soldado que estaba a su lado.
- Bueno- respondió bondadosamente- hay que tener valor para ser diferente, y mucho amor para enfrentar a los demás y seguir amando; no todos entienden que lo esencial no es visible a los ojos, es mas, el amor hermanitos míos, es sufrido y bondadoso, no busca sus propios intereses, no se siente provocado, no se hincha, no se vanagloria, no es celoso, no lleva cuenta del daño, no se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad, todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta, el amor, amigos míos, todo lo puede, así dice quien nos creo, así dice su palabra, y ustedes no tienen ese amor que la mariposa y el clavel sí han demostrado…-diciendo esto último, el sabio grillo se retiro junto a su lazarillo, dejando a los insectos muy tristes por lo que estaban haciendo.
Pasaron los días y el jardín se calmo, cesaron los rumores porque la mayoría empezó a practicar lo que se les había enseñado la noche anterior. Pero la mariposa no volvió ese día, ni esa noche. Y el clavel al verse sólo comenzó a morir marchitándose de tristeza.
Y todos los insectos preocupados trajeron agua de todos los jardines para curar al clavel que no levantaba sus hojitas del suelo. Día a día éste se moría un poco más al ver que su amada mariposa no volvía, Causando gran arrepentimiento entre sus compañeros, que buscaron por todos los rincones sin resultados.
Un día en que el clavel se entregaba a sus lágrimas y ya se había despedido de todos sus amigos para morir, oyó una vocecita que le hablaba:
- No llores- le decía- ellos no entienden tu dolor, ni tu ser, mucho menos tu amor; no mueras clavelito, porque eres grande y maravilloso y has enseñado una buena lección de vida a los insectos, amaste sin limitaciones y con eso fuiste libre en tu esencia.-
El clavel busco la voz que le hablaba y vio que a su lado crecía una hermosa clavelina blanca, con matices de colores que brillaban al sol.
- ¿Quién eres? Tus ojos me parecen conocidos, son profundos y silenciosos como los de mi amada que ya no volverá.-
- soy tu mariposa, que con las bondades del Padre me he transformado en clavelina para amarte sin hacer daño, para estar contigo hasta que la muerte nos alcance.-
Dicho esto el clavel se lleno de alegría y amor, dando tanta fuerza a sus raíces, que se afirmaron de la tierra dándole vida para siempre. Y aprendiendo que en el amor verdadero se transforman corazones llevando la ilusión al más alto y puro de los sueños entre las realidades de este nuestro mundo.
